La energía mejora la calidad del agua a través del tratamiento del agua y agua residual, pero la energía también puede degradar la calidad del agua por medio de errores, accidentes o efectos a nivel del sistema. Los derrames de petróleo presentan un riesgo particularmente alto para la calidad del agua. Por ejemplo, en 1989 la embarcación Exxon Valdez derramó 42 millones de litros de petróleo (11 millones de galones) por Prince William Sound en Alaska. La explosión y el derrame de petróleo posterior del pozo petrolero Deepwater Horizon, el 20 de abril de 2010 en el Golfo de México, fue aun mayor.
Aunque los medios noticiosos publican cuando un buque petrolero grande pierde su costosa carga, no ocurre así con los muchos derrames más pequeños que ocurren cada año. Aunque son pequeños, sí tienen un impacto en el medio ambiente local y pueden causar problemas que se multiplican.1Ver por ejemplo: P. Rogers y S. Gonzalez, “San Francisco Bay spill largest since ’96”, San Jose Mercury News, 7 de noviembre de 2007; y A. Price, “City sleuths solve mystery of oil tank owner”, Austin American-Statesman, 12 de marzo de 2008. Los huracanes también causan derrames. De acuerdo con la cobertura noticiosa en ese momento:
"Los vientos y enormes olas del huracán Ike destruyeron las plataformas de petróleo, lanzaron los tanques de almacenamiento y perforaron las tuberías... Al menos medio millón de galones de petróleo crudo fue derramado en el Golfo de México y en las ciénagas, pantanos y bahías de Luisiana y Texas". 2Dina Cappiello, Frank Bass y Cain Burdeau, “AP Investigation: Ike environmental toll apparent,” USA Today, 6 de octubre de 2008.
La tormenta afectó a centros industriales cerca de Houston y Port Arthur, Texas, y las instalaciones petroleras en la costa de Luisiana. Durante el transcurso de varios días, el huracán destruyó 52 plataformas de petróleo de casi las 3,800 que se encuentran en el Golfo de México, lo que causó al menos 448 derrames de petróleo, gasolina y docenas de otras sustancias que afectaron los suelos, aire y agua en Texas y Luisiana. La Prensa Asociada reportó: "Por mucho, el contaminante más común dejado tras la secuela de Ike fue el petróleo crudo".
Los derrames también ocurren de tuberías que tienen escapes. El Departamento de Transporte de los Estados Unidos mantiene un registro de "Incidentes significativos con tuberías a larga distancia", aquellos que causan muertes o lesiones o tienen costos mayores de $50,000, derrames líquidos de 50 barriles o más o derrames que causen incendios o explosiones.3“Significant Pipeline Incidents”, Administración de Seguridad de Tuberías y Materiales Pêligrosos del Departamento de Transporte de Texas, accedido el 8 de mayo de 2013, enlace. En promedio, más de 125 derrames significativos liberan más de 120,000 barriles de líquidos peligrosos anualmente en los Estados Unidos. A pesar de esa historia, las tuberías generalmente se consideran una manera más segura, económica y limpia de transportar líquidos que en camiones y trenes.
El gas natural presenta sus propios riesgos a la calidad del agua por la contaminación natural y antropogénica. Los activistas ambientales sostienen que el aumentar la producción de gas natural empeorará los riesgos de esta última. Aunque los riesgos son muy reales, algunos acuíferos contienen metano natural. Un ejemplo notable es la ciudad de Burning Springs, West Virginia, que lleva su nombre por el fenómeno de gas natural que se enciende en llamas en el agua.
La producción de gas no convencional de la fracturación hidráulica en las formaciones de lutita usa grandes volúmenes de agua para completar los pozos, genera grandes volúmenes de agua residual y penetra el nivel freático. Notablemente, la perforación convencional y no convencional comparten estos riesgos. A su vez, los volúmenes de agua y los tipos de químicos inyectados en y producidos de los pozos difieren, y las presiones mayores usadas para la fracturación hidráulica pueden intensificar los riesgos de las fallas de los pozos.
Aunque aun se están haciendo investigaciones para cuantificar los riesgos y los impactos,4B. D. Lutz, A. N. Lewis y M. W. Doyle, “Generation, transport, and disposal of wastewater associated with Marcellus Shale gas development”, Water Resources Research 49 (2013), accedido el 29 de agosto de 2016, doi: 10.1002/wrcr.20096; y Thomas H. Darrah, et al., “Noble gases identify the mechanisms of fugitive gas contamination in drinking-water wells overlying the Marcellus and Barnett Shales,” Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 111 (2014), 14076–14081, accedido el 29 de agosto de 2016, doi: 10.1073/pnas.1322107111. según información anecdótica, los riesgos de los derrames en la superficie, los escapes de los estanques de almacenamiento y los accidentes de camiones que causan que los tanques liberen agua parecieran ser un factor general mucho mayor. Otros estudios posteriores han aclarado que los riesgos a la calidad del agua son primordialmente del trabajo de perforación y cemento del pozo, no de la fracturación.5Thomas H. Darrah, et al., “Noble gases identify the mechanisms of fugitive gas contamination in drinking-water wells overlying the Marcellus and Barnett Shales”, Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 111 (2014), 14076–14081, accedido el 29 de agosto de 2016, doi: 10.1073/pnas.1322107111.
Image Credits: kris krüg/CC BY-SA 2.0; Bob McMillan/FEMA; Leonid Ikan/Shutterstock.com; Bill Cunningham/USGS.
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