Los seres humanos tienen derecho al agua, pero el agua también es un producto de consumo valioso. Si la energía y el agua son demasiado costosas, la gente pierde el acceso y ello ponen en peligro sus vidas, su libertad e intereses económicos. Si los recursos son demasiado baratos, la sociedad agota los recursos y esto afecta de manera negativa al medio ambiente. Resolver esta encrucijada requiere de una mezcla de soluciones técnicas y no técnicas para garantizar que haya un mínimo de disponibilidad a un precio económico, y a la vez depender de las señales de precios para garantizar que el uso sea sostenible ambiental y económicamente.
¿Son la energía y el agua derechos humanos a los que todos tienen acceso garantizado, o son un producto de consumo cuya disponibilidad, precio, cantidad y calidad deben determinar los mercados? ¿Podemos combinar ambos conceptos estableciendo una cantidad base que satisfaga el derecho del ser humano al agua y energía y designar cualquier cantidad mayor como un producto de consumo? ¿Quién es propietario del agua: la naturaleza o el ser humano? ¿Los seres humanos equitativamente, o los individuos según sus bienes? Resolver estos acertijos éticos es importante para lograr la recursohabilidad de una manera que logre muchos otros resultados positivos para la sociedad.
Image Credits: N center/Shutterstock.com.
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