Regulaciones y estándares

Hasta ahora, la mayoría de los estándares para la energía limpia se enfocan en las emisiones de las chimeneas de las centrales eléctricas y los tubos de escape de los automóviles. Estas políticas establecen estándares en términos de gramos, libras o toneladas de emisiones por megavatio-hora (MWh) de electricidad generada. Para los automóviles, los estándares recientes de consumo eficiente de combustible producen los requisitos de millas por galón de la evaluación subyacente de gramos de bióxido de carbono emitidos por milla recorrida. (Los estándares europeos llevan cuenta de los gramos de emisiones o litros de combustible consumidos por kilómetro recorrido).

Para cumplir con las regulaciones, las chimeneas de las centrales eléctricas cambian a combustibles más limpios, invierten en componentes más eficientes o emplean separadores complejos para remover los contaminantes como óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre. Las centrales eléctricas que usan energía nuclear, energía solar y turbinas de viento cumplen con los estándares sin necesidad de separadores. A medida que entran en vigor las regulaciones nuevas para el mercurio, materia particulada y bióxido de carbono, las centrales convencionales necesitarán separadores adicionales.

Una opción de política es crear un estándar de energía nuevo que incorpore el consumo de agua, así como las emisiones. Ese tipo de política sería relevante porque los separadores y sistemas de refrigeración requieren grandes cantidades de agua. Por lo tanto, los estándares de emisiones más estrictos pueden aumentar sin querer la intensidad de uso de agua. En ese caso, un objetivo ambiental, que es el aire limpio, entra en conflicto con otro objetivo ambiental, reducir el uso de agua. Crear un nuevo estándar de energía limpia que incorpore el consumo de agua, así como las emisiones de aire, ayudará a mitigar este problema al requerir un diseño nuevo de centrales a base de carbón limpio con poco uso de agua.

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